Hace unos días leíamos una entrada en un blog sobre las posibilidades educativas de las redes sociales y las aulas tecnificadas, sobre las maravillas que los jovenes pueden aprender, y mejorar sus idiomas con esas herramientas.
Por experiencia, y porque vemos cada vez más jovenes que entran en el mundo laboral, suponiéndose 2.0, discrepamos más que un poco. Saber manejarse con el facebook, escribir abreviado, saber usar lo que viene instalado en un ordenador portátil en el que poco más puedes hacer, no es saberse desenvolver en el mundo digital.
Para escribir, hay que escribir a mano, y para leer un libro, para usar un ordenador, poco más que el sentido común, pero realmente para saber más, hay que primero querer, y luego destripar, probar, equivocarse, y seguir así hasta el aburrimiento, y pocos son los que tienen ese ímpetu (algunos le llaman talento, pero dudamos de esa definición).