50 años de correo electrónico, pero… ¿por qué España es el país que recibe más “spam”?
Hay aniversarios que pasan un tanto desapercibidos. Esto es lo que ha pasado con el correo electrónico. Una herramienta absolutamente imprescindible en la actualidad que cumple 50 años en este 2021. Pocas celebraciones ha tenido si tenemos en cuenta su importancia. Vamos a hablaros de los orígenes del correo electrónico y de paso intentaremos saber el porque España es el mayor receptor de “spam”.
A veces nos gusta bucear un poco en la historia, como cuando os explicamos el origen de la palabra y del movimiento Hacker, en dos entregas que podéis releer AQUÍ. O cuando quisimos homenajear a Sir Clive Sinclair a raíz de su fallecimiento, explicando como llegó a inventar el ZX Spectrum.
Aunque el correo electrónico es anterior a Internet, no fue hasta 1971 que se considera que se envió el primer e-mail. Ambas tecnologías están muy relacionadas y sus antecedentes están en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y en la red ARPANET. Pero se reconoce como primer mensaje de correo electrónico el que realizó Ray Tomlinson, cuya biografía podéis leer en la Wikipedia. Tomlinson usó un protocolo experimental CYPNET para enviar por red mensajes que hasta entonces solo podían comunicarse entre los usuarios de un mismo ordenador.
También se debe a él el uso de la arroba. No tiene demasiado glamour este símbolo. Simplemente lo escogió para dividir la parte del usuario de la computadora de destino, es decir del dominio. Escogió este símbolo porque no formaba parte del lenguaje informático, por lo que creyó acertadamente que no daría lugar a errores y porque también formaba parte de los teclados.
Tomlinson falleció en 2016 y entre los reconocimientos recibidos destaca la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2009.
¿Por qué España es el país que recibe más spam?
Ya son siete trimestres seguidos los que España encabeza esta clasificación. Concretamente durante todo 2020 y lo que llevamos de 2021, según el último informe de 2021 de la empresa Kaspersky. Los datos del estudio no dejan lugar a dudas: recibimos hasta el 9,2% del total mundial de spams recibidos y además somos el séptimo país emisor de spams en todo el mundo.
El último informe, correspondiente al segundo trimestre del 2021, señala los problemas de entregas de paquetería como uno de las causas, ya que los delincuentes lo aprovechan para convencer a los usuarios que cliquen en enlaces de correo electrónico maliciosos.
También ha habido un aumento de mensajes en forma de factura solicitando dinero con cualquier excusa. Sobre este tema, os recomendamos nuestro artículo Factura digital vs factura enviada por e-mail que publicamos en el mes de junio.
Entre las nuevas modalidades se encuentran sitios web que ofrecían la posibilidad de comprar paquetes que no podían llegar a sus destinatarios por medio de una subasta o el envío de spam a WhatsApp solicitando pequeñas cantidades de dinero.
Sin embargo los principales intentos de estafas han llegado a través de eventos, como los Juegos Olímpicos de Tokio o la celebración de la Euro 2020 de fútbol. Las ofensivas más usadas son los ataques de phishing, es decir los que suplantan una fuente legítima para engañar al usuario. Kaspersky asegura que han bloqueado más de 5,6 millones de intentos de redireccionar a páginas maliciosas.
Los primeros puestos del ranking de países objetivos de spam los ocupan España (9,2% del total mundial) seguida de Italia (6,3%), Rusia (5,8%), Emiratos Árabes Unidos (5,3%) y Alemania (5,2%).
Por su parte el ranking de los países emisores de spam lo encabeza Rusia (26% y con un aumento de 3,6 puntos porcentuales), seguida de Alemania (13,9%) y Estados Unidos (11,2%).
Podéis leer la nota de prensa en español que emitió Kaspersky y el informe completo en inglés AQUÍ.
Atención al grupo de cibermercenarios denominado Void Balaur
De una empresa de seguridad informática a otra, pero con un denominador común: el estudio del phishing. En este caso se trata de la compañía de ciberseguridad Trent Micro, cuyos técnicos han descubierto un nuevo grupo de cibercriminales denominado Void Balaur y que tiene en el phishing uno de sus aliados preferidos. Este grupo, que sería el mismo que se denomina a sí mismo como Roskethack, se ha especializado en sofisticar sus acciones. Lo peor del caso es que trabajan por encargo y así han afectado ya a 3.500 personas y empresas de todo el mundo.
Estos cibermercenarios han escogido el nombre de Void Balaur por ser una criatura con varias cabezas del folklore de países del este de Europa. Lo de las cabezas tiene su sentido, porque se han especializado en varios tipos de delitos, como entrar en cuentas de correo electrónico y redes sociales a cambio de dinero; vender datos personales sensibles como vuelos de pasajeros o detalles de pasaportes; espiar a periodistas, activistas, políticos, empresas de genómica y biotecnología, etc. Como están verdaderamente a la última, también se han ocupado de los usuarios de criptomonedas. Otro de sus encantos es que sus ataques son persistentes y continuados, pudiendo llegar a afectar a sus víctimas durante todo un año. El grupo, por supuesto, es desconocido, pero se cree que sus miembros son de origen ruso.
Tenéis más información sobre este grupo en la web de Trend Micro.
Es importante deciros que cuando os hablamos de todas estas grandes empresas de seguridad no debéis pensar que son nuestra competencia. No es así. Al contrario.
Nosotros siempre buscamos las mejores opciones para nuestros clientes y según sus necesidades proponemos las mejores soluciones y productos del mercado.
Por ello estas grandes empresas son proveedoras nuestras y usamos sus propuestas de seguridad para dar el mejor servicio a nuestros clientes.
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Factura digital vs factura enviada por e-mail
Hay conceptos y hábitos muy arraigados cuando usamos la tecnología. La mayoría se basan en habladurías, conformismo o no querer buscar una mejor opción. Así cuando preguntamos a los clientes las respuestas suelen ser parecidas a estas: “todo el mundo lo hace”, “no pasa nada”, “mis compañeros lo hacen igual” o “¿si no, cómo lo hago?”. Y así se cumple una de nuestras premisas: los primeros que facilitan el trabajo a los ciberdelincuentes son los propios usuarios.
En seguridad de la información, estas premisas no valen, y debemos buscar siempre las mejores opciones, aunque a veces sea sacrificando un porcentaje de productividad diaria, que es mínimo por mucho que la gente se empeñe en decir lo contrario. Temas como guardar las contraseñas en el navegador, no cambiar las de entrada al ordenador cada cierto tiempo, revisar el remitente de cada correo, pensar tres segundos antes de clicar un enlace, etc.
Seguridad y LOPD
La seguridad debería ser una de las prioridades de cualquier empresa y por supuesto, cumplir la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD). Uno de los temas más importantes y que peor se trata, en general, es el envío de facturas y otra documentación sensible por correo electrónico. Enviar con un simple correo electrónico contratos, nóminas, recibos bancarios o incluso Zips con todo lo anterior, es una práctica relativamente habitual. ¿Alguno de vosotros ha enviado un paquete similar a vuestro gestor durante la campaña de la Renta?
Ya sabemos que hay que diferenciar lo importante de lo urgente, pero eso no debería ser excusa para enviar archivos de esta forma, escudándose en que “es necesario para una gestión”.
Recientemente y nada menos que para la inscripción en un curso de protección de datos, nos obligaban a enviar todos estos documentos y alguno más, a través de un simple correo electrónico, sin ofrecernos una alternativa segura. Y en caso de no hacerlo, nos anunciaron que no podríamos matricularnos en el curso.
Pero… ¿es seguro el correo electrónico?
Pues depende de muchas cosas, pero mayormente y debido al mal uso, la respuesta debe ser que no es seguro; y vamos a razonarlo.
En primer lugar, puede depender de si estamos incluidos en listas de distribución de spam, con lo que nos llegaran más correos de este tipo, y seguramente también correos de phishing u otros potencialmente peligrosos.
También puede depender de si hemos usado con anterioridad algún servicio y claro, si lo hemos hecho estaremos registrados con ese correo electrónico. En principio no debe pasar nada, pero si la empresa que ofrece el servicio demandado ha tenido una fuga de información (cosa muy, muy habitual), nuestras credenciales han sido comprometidas, tanto el usuario (e-mail) como la contraseña usada.

Llegados a este punto, cualquiera que vea una de estas listas podrá acceder a nuestro correo, ya que casi todas tienen activada la opción cliente web.
Esta opción permite interactuar con nuestra cuenta a través de un navegador web, o la opción de autoconfigurar para clientes tipo IMAP (del inglés Internet Message Access Protocol, o sea Protocolo de Acceso a Mensajes de Internet) o POP3, (Post Office Protocol = Protocolo de Oficina de Correo), lo que a efectos prácticos significa la totalidad de clientes de correo de ordenador o de smartphone.
Una vez accedido a nuestro correo, el modus operandi es esperar a que haya algún tema jugoso que pueda reportar mucho dinero al ciberdelincuente, en lugar de cambiar la contraseña, coger esta factura, editarla, cambiar la cuenta bancaria de destino, y esperar que pique.
Muchas empresas miran solo la última factura, no comparan los datos de su sistema de gestión con dicha factura, o no llaman al proveedor si hay un cambio que no concuerda con los datos que tenía.
Tampoco tienen un protocolo para grandes facturas, y cambio en la operativa normal, de ahí que los casos que atendemos de facturas interceptadas, cuenta cambiada, y transferencia hecha, sean frecuentes. Y lo que nos pide el cliente suele ser inviable: que le demos la razón a él, en una petición de análisis forense, cuando suele ser lo contrario.
No os podéis imaginar hasta que punto somos vulnerables. Y no solo por los ciberdelincuentes. Un cliente nos contactó para explicarnos que una factura suya, enviada en PDF sin encriptar, fue manipulada por la empresa destinataria (cosa muy sencilla de hacer con las herramientas actuales), consignando la mitad del importe real a pagar. Cuando nuestro cliente protestó le enviaron la factura retocada diciéndoles que es lo que él había enviado y que iban a pagar lo que constaba en la factura.
¡Hay soluciones!
Pero si tan negro lo pintamos ¿cómo podemos mejorar o asegurar el envío de facturas o procedimientos de cobro?
Pues tampoco es tan difícil: un poco de paciencia y de empeño para cambiar hábitos. Ahí van algunas opciones:
• Documento firmado digitalmente enviado por correo electrónico.
De esta forma el destinatario puede comprobar si ha sido modificado entre envío y recepción. Se pueden realizar estas firmas de varias maneras, siendo las dos más usadas en nuestro país las siguientes:
– certificado personal o empresarial, expedido por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
– clave personal y pública, criptografía asimétrica, lo que se conoce como PGP, también muy usado en el correo electrónico.
• Factura enviada a través de plataforma segura.
Hay varias alternativas en el mercado. Son plataformas donde se puede enviar información y que para descargarla se necesitan varios factores de autenticación. Además la información va encriptada desde que se sube a la plataforma hasta que la descarga el destinatario final.
• Portal cliente para descargarse facturas.
Se notifica que hay una factura disponible con un aviso al usuario o empresa y ésta se la puede descargar directamente de la plataforma de gestión del proveedor, sin ningún tipo de intermediario en el proceso.
También se suelen firmar digitalmente, ya que la mayoría de las plataformas de gestión tienen esta opción y ofrece una mayor tranquilidad y seguridad.
• Portal de facturación electrónica.
En el caso de no tener la opción anterior y ni siquiera un programa de gestión, tampoco nos interesa un gran sistema de gestión integral (ERP), porque nuestro volumen de facturas (aunque no de facturación) es pequeño. La solución podría ser usar varios de estos portales, donde te realizan la factura, te la firman digitalmente, y la envían al cliente, todo de forma sencilla, y segura, que es lo que importa.
¿Qué hacemos con las facturas impagadas?
Pero seguramente otro de los problemas que más preocupa a las pymes y autónomos es el de los impagos. Tener facturas pendientes de cobro es, desgraciadamente, una práctica extendida, que ocasiona muchos problemas en las contabilidades, en el pago de impuestos, en las cajas y en el tiempo que se ha de dedicar a reclamarlas.
En este mismo saco tenemos el recobro de facturas por atrasos o morosos, ya sea en formato digital como en papel. Es un auténtico dolor de cabeza.
Pero también en este caso hay soluciones. Y mucho más sencillas de lo que podéis pensar. Os proponemos que conozcáis un agente de cobro inteligente de vuestras facturas, como es el caso de Dunforce, que entre varias de sus ventajas posee la opción de integración con SAGE, uno de los softwares de gestión empresarial y facturación más usado por las pymes en Europa. Dunforce os puede ayudar a modernizar vuestra empresa y facilitaros mucho el trabajo, porque es un software de recobro de facturas automatizado, que consigue reducir la morosidad en un 35% y el trabajo de cobro en un 90%. Fue premiada por el BBVA ya en el año 2018.
Imagen principal: mohamed Hassan en Pixabay
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