Hace unos días supimos que Microsoft solucionó una vulnerabilidad del antivirus preinstalado en los ordenadores de Windows, el famoso Microsoft Defender. Pero lo que más sorprendió de la noticia es que el error estaba presente en el software ¡desde hace 12 años! Así que hemos decidido explicaros algunos otros casos, porque cuando la vulnerabilidad dura y dura y dura… vuestra empresa entra en una lotería de la que lleváis muchos números.
Otra cosa nos sorprendió de la noticia: por un lado que quienes lo detectaron no fueron los propios responsables de Microsoft, sino la compañía de ciberseguridad SentinelOne. Esta startup norteamericana fundada en 2013 y con sede en California, descubrió que la brecha permitía acceder a los privilegios de seguridad del sistema Windows reservados a los administradores.
Y os preguntaréis: ¿cómo es posible que no se haya detectado en tanto tiempo? Parece ser que el driver afectado es un componente que no se almacena en el disco duro. Dicho de otro modo, se utiliza y se elimina de forma inmediata. Pero claro, al afectar a un antivirus preinstalado en los ordenadores de Windows, se calcula que puede haber afectado a más de mil millones de dispositivos en todo el mundo. Por suerte SentinelOne cree que no hay evidencias de que el fallo haya sido aprovechado por ciberdelincuentes.
Microsoft ya lo solucionó hace unos días, con un parche y una actualización automática para todos los usuarios de Windows 10. Pero recordad que, tal y como os contamos AQUÍ, hace ahora un año, las versiones anteriores a Windows 10, como Windows 7 o Windows Server 2008 ya no tienen soporte de seguridad, por lo que la actualización automática no les va a llegar y seguirán con el problema, manteniendo la puerta abierta a posibles ataques.
Para los más técnicos que queráis averiguar un poco más del tema, deciros que se ha denominado a este problema CVE-2021-24092.
Cuando la vulnerabilidad dura y dura y dura…
Otros casos relevantes
Hay que tener muy en cuenta que las vulnerabilidades se reducen cuando están parcheadas. Sin embargo las empresas siempre tardan un poco más en solucionar los problemas, por lo que generalmente se sigue estando expuesto tras la localización de errores.
Lo podéis leer en este artículo de la revista IT Digital Security titulado «Vulnerabilidades antiguas y no críticas, campo abonado por el ransomware». En él se dice, por ejemplo, que «si bien los costos de ransomware en 2017 se estimaron en 5.000 millones en total, las estimaciones han aumentado a 11.500 millones en 2019» o que «el 35% de las vulnerabilidades explotadas en los ataques de ransomware tienen más de 3 años».
En este mismo sentido se expresa Silicon.es en un artículo titulado «Antiguas vulnerabilidades críticas siguen vigentes en cientos de aplicaciones Android» donde se advierte que «a través de ellas, un ciberdelincuente puede robar información y obtener permisos para acceder a la ubicación del usuario o leer sus conversaciones».
Hay muchos ejemplos de vulnerabilidades que perduran en el tiempo. Algunas son ya tan famosas que incluso tienen una importante entrada en Wikipedia. Es el caso del Cross-site scripting (secuencia de comandos en sitios cruzados) o XSS, un fallo típico de las aplicaciones web que implica al código JavaScript.
También es el caso de la inyección SQL, que consigue infiltrar un código intruso que permite realizar operaciones sobre una base de datos o el ataque de denegación de servicio o DoS (de las siglas en inglés Denial of Service). En este caso se trata de atacar un sistema de computadoras en red que impide a los usuarios legítimos acceder a los servicios. Eso que parece tan banal, llegó a afectar puntos clave del nodo central de Londres en 2013, como podéis leer en la entrada de la Wikipedia con la que os hemos enlazado.
De todo esto debemos sacer dos conclusiones muy claras:
1.- ¡Estamos expuestos! Continuamente. No tengáis dudas. Imaginaros hasta que punto si el mismísimo Microsoft ha tenido una vulnerabilidad durante 12 años. Así que «un poquito de por favor». Mirad bien todos nuestros servicios y abrid el desplegable para tener claro en que os podemos ayudar y que LA CIBERSEGURIDAD NO ES UN GASTO, SINO UNA INVERSIÓN. ¡Y es muy asequible económicamente hablando! Contactadnos y lo veréis.
2.- La segunda conclusión a lo que llegamos es que no debéis de dejar nunca de actualizar vuestros equipos, sistemas, móviles, etc. Eso «que es tan pesado» y que siempre «dejamos para más tarde» porque «nunca nos viene bien» es imprescindible. Pensad que cerca del 90% de los contenidos de una actualización están ligados a mejorar la seguridad.
Así que… ¡no lo dudéis y hacedlo!