Nos gusta tanto que nuestros artistas preferidos nos dediquen sus obras que podemos estar horas haciendo cola para conseguirlo. Pero la tecnología permite autografiar de manera automática. ¿Es el fin del encanto de que nuestros ídolos nos personalicen un libro, un disco o cualquier otra obra? ¿Estamos delante de una nueva estafa?
El inefable Bob Dylan, una de las personalidades más influyentes de las últimas décadas, ha sido el responsable de destapar una presunta estafa relacionada con dedicatorias.
El cantautor, que también fue Premio Nobel de Literatura en 2016 con polémica por la designación de un cantante para ese premio, vuelve a estar en el ojo del huracán tras la publicación de su nueva obra literaria, The Philosophy of Modern Song.
El problema ha sido que, con el lanzamiento, se ha puesto a la venta una edición limitada de 900 unidades al precio de 599 dólares (unos 578 euros). El precio tan alto se justificaba por el hecho de ir firmados por el propio autor. Pero al compartir en redes sociales esas supuestas firmas únicas, se ha visto que todas eran iguales. Y es que los ejemplares no han sido firmados de puño y letra por el autor, sino por un bolígrafo automático llamado autopen. Probablemente no ha sido solo Bob Dylan el responsable final de esta acción, sino que su editorial, Simon & Schuster, también ha tenido mucho que ver. Sin embargo sí ha tenido que ser Dylan el que ha pedido disculpas y lamentar «profundamente» lo que ha sucedido, argumentando, además, que ha sido algo ocasional motivado por las complicaciones derivadas de la pandemia.
El lío ha sido considerable en Estados Unidos, ya que algunos compradores han hablado de estafa. Según la RAE, estafa es «Delito consistente en provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño y con ánimo de lucro». Esta definición es compatible con lo ocurrido, por lo que ya se habla de la «estafa» de las dedicatorias.
La editorial ha tenido que reembolsar el dinero de su compra y ha anunciado que trabaja con el autor para que pueda firmar de su puño y letra los ejemplares.
¿Qué es el autopen?
Lo curioso del caso es que el autopen no es nada nuevo. No es la primera vez que se ha usado para hacer dedicatorias masivas. En Estados Unidos ya se había utilizado en firmas de Ronald Reagan o Barak Obama. Pero esta vez se ha usado para «solo» 900 libros de una edición especial y no tan masivamente como en el caso de los presidentes estadounidenses. De hecho, su uso está bastante extendido. Tanto es así que existen varias marcas que fabrican el autopen. Ya en enero de 2018, la European Agency of Digital Trust (EAD Trust) publicó un pequeño artículo sobre autopen que podéis leer AQUÍ. La EAD es un prestador de servicios de certificación, con sede en Madrid. Presta servicios a toda Europa de digitalización, de todo tipo de firmas digitalizadas, de certificados electrónicos, etc.
El bolígrafo automático utiliza una técnica relativamente sencilla. Primero se introduce el modelo de firma real. Para ello tienen unos brazos mecánicos que sostienen una pluma, lápiz o bolígrafo. Algunos poseen, además, unas ranuras que leen tarjetas SD, de modo que captan incluso la presión o velocidad del lápiz usado para escribir. Una vez captado todo esto, la máquina es capaz de reproducir lo que se ha escrito imitando perfectamente los movimientos de la mano de la persona que lo ha usado.
Pero lo que se está perdiendo en realidad es el encanto. ¿Vamos a tener dentro de poco una diada de Sant Jordi o un Día del Libro llena de máquinas firmando obras mientras los autores están en sus casas?
¿Conversaremos con una máquina?
No debe extrañarnos que la tecnología permita cada vez más excentricidades de este tipo. Con la Inteligencia Artificial (IA) estamos descubriendo unas opciones de interacción jamás pensadas anteriormente. Una de las que más suena en la actualidad es el ChatGPT. Se trata de un prototipo de chatbot de IA desarrollado este mismo año por OpenAI, una compañía de investigación de inteligencia artificial fundada por Elon Musk y otros emprendedores en 2015. Si hasta ahora nos conformábamos con dar órdenes a una máquina para que nos diera una serie de servicios relativamente sencillos, la IA del ChatGPT va mucho más allá y permite que mantengamos una conversación.
Se trata de un sistema que se basa en el modelo de lenguaje por IA GPT-3, lo que le posibilita realizar múltiples acciones relacionadas con el lenguaje, desde generar textos hasta traducirlos. Ya os hemos hablado aquí en alguna ocasión de estas opciones relacionadas con el lenguaje, como el proyecto MarIA.
Como buena «inteligencia», va entrenándose con el tiempo, por lo que poco a poco es capaz de mantener conversaciones con personas, hablando de cualquier tipo de tema y respondiendo de forma coherente. Y por supuesto en muchos idiomas diferentes.
Si queréis saber más cosas sobre ChatGPT, como funciona o como utilizarlo, os recomendamos leer este artículo de Yúbal Fernández, un editor de contenidos publicado en Xataca Basics AQUÍ.
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