El ser humano es curioso por naturaleza. Pero a veces nos olvidamos que la curiosidad mató al gato. Recibir en el buzón una memoria USB que no hemos pedido nos llevará ineludiblemente a ponerla en nuestro ordenador para ver el contenido. ¡Cuidado! Seguramente albergará un ransomware. Y el falso remitente será un avispado ciberdelincuente. Esta práctica, que parece sacada de…