Ayer leíamos una noticia en "El Mundo" donde indicaba la caída de ventas de ordenadores personales a nivel mundial en torno a un 20% (noticia completa AQUÍ).
El mundo tecnológico es un mundo muy cambiante, a diario casi, y como hemos comentado en algún artículo, cada pocos meses ya tenemos el equipo obsoleto, según medidas de proceso y almacenamiento que dictan las marcas (y los gamers!!!).

En una empresa, tal como está la economía, es normal que se piense más de una vez (y dos) el comprar equipos nuevos para sus empleados, y aunque antes los tenían contentos con procesadores de dos o cuatro núcleos, muchos gigas de ram, y enormes discos duros, ahora se preguntan ¿son necesarios estos equipos? No siempre, claro está, para la mayoría de las tareas ofimáticas se puede sobrevivir dignamente con equipos menos potentes.

Aquí entra cuando en una urgencia, algún cliente nos pide un equipo, por fallo irreparable del anterior. ¿Presupuesto?, el mínimo! por supuesto, así que entra en escena el equipo "reciclado", equipo del que se desprenden grandes corporaciones, por contratos de leasing o renting, pero que a nosotros para estas tareas nos sirven perfectamente (hablamos de mínimo un procesador Pentium 4, con un giga de ram), incluso a veces hasta con licencia original, sino, siempre queda instalar una buena distribución de Linux.