Usamos con una insensata facilidad WhatsApp, por la rapidez, por mantenernos en contacto con amigos y familiares o para tener conectados grupos de diversa índole. Tan fácil nos lo ponen que somos incapaces de pensar lo que ocurre con nuestros datos o algo tan sencillo para los delincuentes como estafar a los seguidores de esta mensajería instantánea.
La historia de WhatsApp es realmente un relato de éxito. Esta aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes fue desarrollada por el estadounidense de origen ucraniano Jan Koum y el estadounidense Brian Acton en los años 90. Se lanzó al mercado en 2009. Su inmediato éxito, desplazando los mensajes SMS que todos usábamos entonces, provocó que en 2014 lo comprara Facebook por la friolera de 19.000 millones de dólares.
Hoy queremos hablaros de las estafas a través de WhatsApp. No es la primera vez que hablamos de WhatsApp en este blog. En octubre del año pasado, por ejemplo, publicamos un artículo titulado Otras formas de «ataque». En él había un apartado reservado a WhatsApp.
Pero hoy nos centramos en los intentos de estafa que ha denunciado WABetaInfo, el portal independiente más importante de noticias y actualizaciones sobre WhatsApp.
Los estafadores compran un número de VoIP (método por el cual se pueden hacer llamadas de voz a través de la red) y que no se permite usar en WhatsApp. Pero con él pueden buscar personas aleatoriamente. Cuando encuentran un número telefónico válido contactan con el usuario de WhatsApp y de modo inocente preguntan cosas como «¿Quién eres? Me he encontrado tu número en mi agenda». De esta forma inician una conversación banal y poco a poco el interlocutor va confiando en el estafador, que empieza a hacer preguntas sobre la edad, el trabajo o cosas parecidas.
Al final la víctima le añade como contacto en sus redes sociales y a partir de ahí el delincuente tiene acceso a fotografías, lista de contactos y toda la información personal que el incauto tiene en las redes. Y ahí llega el problema: el estafador se hace con fotos de la víctima y pide dinero a cambio de no usarlas de modo fraudulento.
El portal explica que hay que denunciar el hecho al propio WhatsApp, cosa que se puede hacer desde la información del perfil; elevar el nivel de seguridad o también denunciarlo a la policía.
Podéis leer el artículo en el portal WABetainfo AQUÍ, así como las principales recomendaciones sobre la protección de la aplicación.
Esta estafa no es nueva, pero de vez en cuando hay un pico que vuelve a ponerla en el primer plano de la actualidad. Eso es lo que está ocurriendo ahora desde que han circulado las noticias sobre la posible comercialización de nuestros datos en WhatsApp y que han motivado una fuga masiva hacia Telegram.
Una vez más debemos insistir en que las ventajas de la tecnología son muchas, pero hay que ser consciente también de los problemas que nos pueden ocasionar. Hay que ser precavido y usar Internet, las redes, los móviles o las aplicaciones con sentido común y con desconfianza ante lo desconocido. Eso que parece tan sencillo acabamos por olvidarlo en el día a día. Así que toda precaución es poca.
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