Como comentámos hace unos días, la productividad no sólo se mide en términos económicos directos, sino en tipos productivos. Ahora que casi todo el mundo, o al menos la mayoría de nuestros clientes, no imprimen sus emails, y ponen el aviso-verde para que nadie los imprima a no ser fuerza mayor, seguimos viendo como a un email con alguna duda, cuestión o pregunta, se nos responde con una llamada telefónica.
Si hemos manadado un email, es porque no es urgente, o también necesitamos que esta información tenga constancia en algún medio por escrito. Si además le añadimos que la oficina móvil (estar en cualquier sitio con un Smartphone contestando emails) es lo más normal del mundo, las llamadas, aparte de parar de lo que se está haciendo, interrumpir al destinatario también, no cumple ninguno de estos objetivos.
Si te envian un email, no contestes con una llamada, si el destinatario tiene alguna duda sobre el contenido, te llamará, o debería. Hay que aprovechar el tiempo, y dejar que los demás también lo aprovechen.