Solemos creer que nuestro principal foco de ciberamenazas es el ordenador. Pero en un mundo superconectado no deberíamos pasar por alto los otros aparatos que usamos. Hoy queremos hablaros de los móviles o mejor dicho, los smartphones.
Ya sabéis que nos gusta aclarar las cosas para que hablemos el mismo lenguaje y nos entendáis bien cuando os explicamos las cosas. Así que empezaremos por diferenciar lo que es un móvil y un smartphone, porque tendemos a hacerlos sinónimos pero eso no es exacto. La diferencia principal se debe a sus funcionalidades.
Un teléfono móvil es un aparato que nos permite hacer llamadas y enviar mensajes, los antiguos SMS, que prácticamente han desaparecido, reduciéndose a simples avisos de algunas compañías, sanidad, bancos, logística, etc. (y que sirven para intentar engañar a los usuarios, como veremos más adelante). Y poco más.
Luego llegaron los llamados teléfonos multimedia. Estos aparatos ya tenían algunas funcionalidades interesantes, como por ejemplo captar imágenes.
Y finalmente tenemos los smartphones, aparatos que cuentan con una tecnología muy avanzada, lo que los convierte prácticamente en ordenadores. Funcionan gracias a un sistema operativo móvil, siendo los más conocidos: Android de Google; iOS de Apple, los ya fallecidos Windows Phone OS de Microsoft y FirefoxOS, los menos conocidos Linux para Smartphones (Ubuntu, Mandrake, Fedora, Mobius, etc.), LineageOS (un spinoff de Android sin Google) o KaiOS (un sistema operativo para terminales low-cost).
Os recordamos que ya publicamos en su día un par de artículos dedicados a las alternativas a sistemas operativos en smartphones. El primero de ellos lo podéis leer AQUÍ y el segundo, publicado unas semanas después, AQUÍ.
Como ya sabéis, tienen conectividad WiFi (3G, 4G, 5G), una cámara de alta resolución, un GPS integrado y muchas prestaciones, como la posibilidad de pagar con ellos o de recibir y enviar correos electrónicos.
Todas estas maravillas técnicas que nos ayudan en el trabajo, en nuestro día a día e incluso en los momentos de ocio están siempre conectados y por eso también captan la atención de los ciberdelincuentes, que a través de nuestros móviles (perdón, ¡smartphones!) también llegan a nuestros datos y a fastidiarnos la vida.
Una de las técnicas más empleadas para entrar en nuestro smartphone es a través de un malware. Y debemos decir que en la mayoría de ocasiones, no nos apercibimos de ello. ¿Cómo podemos sospechar que estamos siendo atacados? Estos son algunos de los síntomas que deben hacernos sospechar:
- La batería no dura tanto como antes y se descarga muy rápidamente.
- Si advertís que aumenta el consumo de datos. Es probable que el aumento se deba a la descarga de aplicaciones (apps) sin que seamos nosotros los que lo hayamos hecho. Los delincuentes usan esas apps para «pillar» nuestra información.
- Problemas en algunos programas o dispositivos. Por ejemplo que vayan más lentos de lo que es habitual, si se cierran repentinamente o si dejan de funcionar. Es bastante típico que el dispositivo de la linterna deje de funcionar.
- Publicidad en la barra de notificaciones. Es un tema recurrente, llamado adware. Se trata de un software diseñado para mostrar anuncios en un explorador en ordenadores y en el caso de los smartphones, se llama adware móvil y la publicidad aparece en la barra de notificaciones. No os queremos asustar, pero hay miles de aplicaciones para Android que contiene este software que no para de mostrar iconos y anuncios.
- Números de teléfonos raros y mensajes de SMS disparatados. Es una vía de uso común por los delincuentes, que además nos puede costar dinero según los números de teléfono que aparecen y que usamos en forma de rellamada para averiguar quién nos ha llamado.
Hasta aquí las pistas más habituales de problemas. Pero como veis, si estamos atentos, podemos identificarlos rápidamente.
Pero últimamente, y aprovechando lo que decíamos antes, los SMS, se usan para engañar al usuario. El tema está en que el usuario piensa que como lo usan grandes compañías (telecomunicaciones, bancos, sanidad, logística, seguridad social, hacienda, oficina de empleo, tráfico, compras, etc.) deben ser 100% seguros. Pero hay campañas para robar credenciales de todos estos portales, sobre todo de entidades bancarias.
El procedimiento es enviarnos un SMS, con un enlace, más o menos trabajado (ya sabemos que los ciberdelincuentes casi siempre escriben mal, con faltas, el mensaje está mal traducido o mal construido, etc. pero ¡cuidado! van mejorando) y que suplanta la identidad de alguno de los servicios mencionados anteriormente.
Pero lo más importante es evitar que todo eso ocurra. ¿Qué podemos hacer? Hay cosas que se escapan de nuestras posibilidades y para eso están los expertos. Pero hay otras cosas que sí podemos hacer. Por ejemplo, no ser perezosos cuando nos indican que hay que actualizar los programas. La mayor parte de una actualización contiene parches para mejorar la seguridad.
Y luego, sentido común, el más común de los sentidos, pero el menos usado. Nuestro banco, servicio de empleo, agencia gubernamental, etc. nunca nos enviará un SMS con un enlace o link para que entremos a través de él. Nos pueden enviar avisos, de transferencia, que tienes una notificación, una deuda pendiente, pero siempre hemos de entrar por los cauces habituales, a través de la web correspondiente, o con la App de turno.
Hace poco supimos que Apple puso en marcha una actualización de iOS 14.8 para corregir un fallo que habían detectado. Se trataba de un software Pegasus, vinculado a técnicas de espionaje de la empresa de Israel NSO.
Llegó a infectar 50.000 móviles de políticos, periodistas y activistas de todo el mundo. Esta «maravilla» de software permitía a los delincuentes acceder de forma remota al equipo infectado y además lo podían controlar y obtener toda la información personal de su dueño.
Este tipo de ataque está muy profesionalizado y difícilmente un usuario común podrá advertir que está siendo objeto de un ataque. Pero una vez más hay soluciones: realizar un análisis forense al smartphone. De hecho, eso es lo que hicieron Amnistía Internacional y Forbidden Stories en este caso y así es como descubrieron que hasta 50.000 aparatos estaban infectados. Forbidden Stories es una plataforma de la asociación sin ánimo de lucro de periodistas Freedom Voices Network. Creada en 2017 al amparo de Reporteros sin Fronteras propone continuar el trabajo de periodistas amenazados, encarcelados o asesinados y publicarlos. En su web tenéis mucha más información sobre Pegasus.
El análisis forense de los smartphones tienen la misma fiabilidad de los que hacemos en ordenadores. Una empresa como TECNOideas es capaz de analizar no sólo los ordenadores de una empresa, sino todo lo que está conectado: portátiles, smartphones, tabletas, etc.
Como siempre decimos, la ciberseguridad es necesaria y es una inversión, no un gasto.