Ataques, infecciones y más campañas de software malicioso. No queremos asustaros, pero sí que tengáis muy presente que estamos tan hiperconectados que los peligros vienen por todas partes y que nunca podemos bajar la guardia. Hace muy poco os hablábamos de los problemas de los smartphones y hoy queremos redondear ese artículo explicando otras formas de «ataque». Porque como las meigas, «haberlas, haylas».
Los códigos QR no son más que una versión en dos dimensiones de un código de barras o una URL. El nombre deriva del inglés Quick Response Code, que significa «código de respuesta rápida». Podéis leer más sobre los códigos QR en la Wikipedia.
Aunque empezaron a usarse en 1994, y en un inicio para localizar y escanear en logística y almacenaje, los códigos QR se han puesto especialmente de moda con la pandemia. Las medidas higiénicas han hecho que se popularicen en restaurantes para acceder a la carta. Pero también se ha generalizado su uso en el turismo, en el comercio o en trámites con la Administración. Tanto es así que se ha estimado que un 86% de usuarios móviles ha escaneado un código QR en el último año.
Pero estar de moda también implica que los ciberdelincuentes se fijen en ellos. Como los usuarios creen que usar estos códigos es seguro, no se toma ningún tipo de prevención. ¡¡Error!! ¿Por qué es un error? De entrada, el usuario clica un enlace que ni siquiera ve y eso puede implicar que detrás haya una acción de phishing y que el enlace redirija a una web maliciosa.
Otro motivo: la captura del código QR se hace a través del smartphone, por lo que el acceso a nuestros datos puede ser inmediato.
Usar los códigos QR y código de barras como vectores de ataque no es nada nuevo. Y así, por ejemplo, debemos tener mucho cuidado con cosas que jamás pensaríamos que puede llevarnos al desastre. Por ejemplo, con un simple billete de avión escaneado en el móvil. Es relativamente sencillo que, a partir de ellos, se obtenga todo tipo de información del usuario. Hay un ejemplo muy claro de esto, nada menos que con un ex primer ministro de Australia, como os explicamos en un artículo titulado «Revelación responsable con final feliz en Australia«.
Los gamers también son objeto de ciberdelincuentes
Nos ocupamos ahora del sector de los videojuegos, que ha ido creciendo espectacularmente con la pandemia. Los aficionados a este tipo de ocio y sobre todo los profesionales, a los que se les llama gamers también están siendo objetivo de los ciberdelincuentes. Según un informe de Kaspersky, entre el tercer trimestre de 2020 y el segundo de 2021 se detectaron más de 5,8 millones de infecciones de malware y software no deseado, o camuflado como no, en los cracks, antídotos o vitaminas, para juegos pirateados. La forma de entrar a estos gamers es también bastante sencilla: las infecciones se disfrazan de los más populares juegos de PC.
En España los videojuegos con mayor incidencia de ciberamenazas fueron Minecraft, Los Sims 4, PUBG Battlegrounds, Fornite y Rocket League. Los expertos de Kaspersky señalan que el «éxito» de entrar a través de Minecraft se debe a que existe una gran cantidad de versiones de este juego y un sinfín de mods, que son modificaciones adicionales del juego para mejorar la experiencia.
Para impedir este tipo de problemas, las recomendaciones más básicas son:
- No clicar en ningún enlace a sitios externos desde el chat del juego.
- Descargar las aplicaciones en tiendas oficiales y observar antes los comentarios sobre el juego que han realizado usuarios que ya lo han probado.
- Utilizar contraseñas complicadas y únicas para cada juego.
- Instalar en el ordenador soluciones de seguridad adecuadas.
- Y como no comprar juegos originales, en tiendas físicas, online o autorizados – Steam, Uplay, Humblebundle, Apple App Store, Google Play o Amazon Appstore -, para que no tengáis que usar los cracks (o pasar un antivirus de última generación antes)
La compañía también advierte sobre el malware llamado Bloody Stealer, que ya ha atacado a usuarios en Europa, América Latina y Asia-Pacífico. El malware, que se presenta como servicio (lo que se denomina MaaS), roba datos de cuentas en tiendas conocidas de videojuegos. Os invitamos a leer esta información en el blog de Kaspersky.
WhatsApp no se libra
Terminamos este artículo sobre otras formas de ataque hablando de una campaña realizada a través de correos electrónicos de la popular plataforma WhatsApp. Según la Oficina de Seguridad del Internauta, uno de los portales del INCIBE, los intentos de infección simulaban ser mensajes de WhatsApp en los que se solicitaba a los usuarios que descargasen su copia de seguridad. Al hacerlo los usuarios instalaban un malware en sus dispositivos. El Instituto Nacional de Ciberseguridad recomienda eliminar el archivo y el correo recibido. Y en caso de haberse descargado y ejecutado el archivo habrá que escanear el dispositivo con un antivirus actualizado.
Como veis, una vez más, debemos advertiros de los peligros que hay. Incluso en cosas tan aparentemente inocuas como los códigos QR, la afición a los videojuegos o un mensaje que tiene el aspecto de ser de WhatsApp.
Son muchas las opciones que tienen los delincuentes para hacerse con nuestros datos y las de nuestras empresas. Os explicamos otros ejemplos en este artículo de nuestro blog donde advertíamos de los problemas de las cámaras de seguridad y los protocolos wifi.
Y hay que insistir: como dice el INCIBE, hay que escanear el dispositivo con un antivirus actualizado. Eso significa que la prevención es el mejor método para trabajar, divertirse o simplemente comunicarnos con nuestros círculos próximos.
Confiar en expertos en ciberseguridad es la mejor solución, la que permite dormir más tranquilamente a los empresarios y profesionales y a toda aquella persona que use los mil y un sistemas que la tecnología pone en nuestras manos.
Imagen principal: Gerd Altmann en Pixabay
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