Publicamos hoy la segunda parte de la entrevista a José Manuel Redondo, Profesor Titular del Departamento de Informática de la Universidad de Oviedo, especialista en Ciberseguridad y en Lenguajes y Sistemas Informáticos. Entre otros temas nos explica que está desarrollando materiales de prevención contra los peligros de las nuevas tecnologías. ¡No os perdías los enlaces a sus artículos! Y pone en valor la llamada «generación de cristal». Finalmente hace un llamamiento a que la sociedad tenga la ciberseguridad como una necesidad. Esperamos que os guste, porque nos alineamos totalmente con sus opiniones.
Se critica bastante a los gamers, se dice que viven en una nube, que no tienen recursos para enfrentarse al mundo real, pero nos olvidamos que jugar online también es una forma de comunicación. Y lo mismo pasa con los niños, que quizá no saben escribir a mano, pero sí en una pantalla. ¿Cómo ves todos estos temas? ¿Exageramos al hablar de los peligros de la tecnología?
Yo siempre he dicho que mucha gente critica lo que no entiende. No es culpa suya, es algo que siempre ha pasado. Pero fíjate, ahora hay directos en Twitch que no son muy diferentes en concepto a reunirse en un banco del parque a comer pipas, solo que ahora tus amigos pueden vivir en todo el mundo y comer pipas a lo mejor es construir un edificio o conquistar una base entre todos. Es, efectivamente, otra forma de comunicación, con sus pros y sus contras. Entre los pros, sin duda, es que puedes establecer amistad con gente de todo el mundo.
Y entre los contras, que esa gente puede no ser quien dice, que hay más opciones de que haya fraudes y problemas, y que todo es más fácil de grabar y el “pues tú dijiste hace tiempo” sea más frecuente. En este aspecto me gustaría decir dos cosas principalmente. La primera es que sí, por desgracia la tecnología está llena de nuevos peligros. Muchos son viejos timos que te podían pasar en la calle antes, pero ahora con audiencia mundial y un montón de medios nuevos para llegar a ti. Antes te espiaban por la ventana, ahora por tus fotos de Instagram. Antes había bullying, ahora también, pero se le añade el que se hace por redes sociales. Es necesario preparar a la gente joven contra eso, porque es un problema que ya está aquí, es grave y cada vez lo será más. Ellos no tienen ya que enfrentarse al mundo real sólo, también al virtual. Me imagino que el metaverso traerá consigo más problemas similares.
Parece que todo avance viene con su carga de mal adjunta. Yo estoy desarrollando materiales de prevención contra eso ya, por ejemplo, tengo uno de timos y fraudes en general el cual es publico y trata de formas de reconocer ciberestafas en la actualidad mientras que hay otro que está pensado para estudiantes de primaria que trata de como usar una red social alejándonos del mal y este para sus padres llamado: Si, las redes sociales dan miedo, pero podemos hacer algo al respecto . Y como el mundo de los videojuegos es complejo, hice este esquema para tener mejor idea de cuando una compra en un videojuego puede ser un peligro también el cual es este de aquí: Los peligros de las compras de videojuegos.
Y la segunda es que personalmente pienso de todo corazón que cuando a esta generación se la llama “generación de cristal” se la está faltando al respeto. Ellos tienen nuevos problemas (acabo de hablar de uno), y se atreven a hablar de problemas que nosotros sabíamos que existían, pero muchos elegimos ignorar, o simplemente no entendíamos, porque nadie nos habría hablado de ellos. Ellos hablan abiertamente de depresión, ansiedad, etc. van a especialistas, lo visibilizan y lo cuentan para que otros se animen a hacer lo mismo si están mal también. En mi juventud eso se “curaba” olvidando, poniéndose cada fin de semana al punto del coma etílico, por ejemplo. O se despreciaba diciendo que “no era un problema de verdad”, hundiendo más y humillando al que lo tenía. Con esa herencia del pasado, que aún está muy presente, sacar a la palestra estos problemas, hablarlos, tratarlos y normalizarlos para ayudar a otros, a pesar del estigma que la sociedad todavía tiene contra ellos, no es cristal, para mi es acero…es más, yo he aprendido bastante en ese aspecto de la nueva generación.
«Protestar por una injusticia no es tampoco ser de cristal.
A mí me gusta más esa opción que ‘tragar con todo porque así es el mercado’.
Si no hay crítica no hay mejora; si no se visibiliza el error no hay opciones de corregirlo.»
También es cierto que en esta generación hay gente que ni estudia ni trabaja. Como en la mía. ¿Son ahora más en número o es que con la visibilización masiva de cosas negativas que te da Internet ahora hacen “más ruido”? Mira, a mí la gente que me llega a la Universidad la veo mejor preparada en media para la vida en general que antes. En serio, he tenido gente trabajando y estudiando con nota, con todos los cursos del conservatorio a sus espaldas, deportistas de élite manteniendo sus marcas mientras estudian, con un dominio de idiomas envidiable…desde luego están más preparados para la vida que yo a su edad. ¿Puede haber menor nivel medio de madurez en general? No puedo afirmarlo ni negarlo, es posible, pero necesitaría datos para poder emitir un juicio…
Por lo que yo he visto personalmente, madurar a golpe de desgracias y penurias no es una buena forma de madurar, porque deja secuelas. No me vale el “yo a tu edad comía pieles de patata y no me quejaba” porque no es bueno. No te quejabas porque no podías o no te dejaban. Y eso te dejó una secuela, sino no hablarías de ello. Las historias estilo “como yo pasé por la mili tú también” en mi opinión son tristes, porque así no mejoramos nada. Se trata precisamente de que nuestra descendencia no pase por los mismos problemas que nosotros, ¿no?
Además, protestar por una injusticia no es tampoco ser de cristal. A mí me gusta más esa opción que “tragar con todo porque así es el mercado”. Si no hay crítica no hay mejora; si no se visibiliza el error no hay opciones de corregirlo. Vuelvo a repetirlo, denunciarlo no es ser de cristal, sino de acero. Pero ojo, que quede claro que esto es una opinión y no una crítica. Todo el mundo tiene derecho a ver la vida como mejor le parezca o se adapte a su experiencia. El problema es cuando un grupo de personas que tiene impacto mediático generalizan una idea que daña a toda una generación, algo que no veo justo en absoluto para ellos. Bastantes problemas tienen ya…
Quizá también debe cambiar la sociedad. ¿Por qué crees que a las empresas les cuesta tanto ver que la ciberseguridad es una inversión y no un gasto?
Tiene que cambiar, sí, y yo creo que ya lo están haciendo. Mi experiencia con la empresa privada es pequeña, pero yo creo que lo mismo pasa en la administración. En mi opinión el problema es que una inversión en ciberseguridad no tiene un retorno inmediato y/o no es fácil de ver. Si yo compro un servidor físico o en nube del doble de cores que el que tengo, mis tiempos de proceso probablemente disminuirán de forma significativa: retorno de la inversión inmediato. Si yo invierto en auditorías de seguridad, solucionar los fallos descubiertos, personal formado en el tema y equipamiento avanzado de prevención, mi retorno de la inversión puede ser un ataque menos crítico, que no haya ataques preocupantes, o que en todo el proceso haya errores que hagan que los ataques se reproduzcan igualmente. Todo esto deja una idea en la cabeza “yo para que gasté tanto dinero en esto si no veo una mejora palpable en los resultados” (y las inversiones no son baratas precisamente), y eso es en mi opinión lo que hacía que hasta hace poco estos temas se dejasen un poco de lado. Además, retrasan todo, y los plazos de entrega muchas veces es el factor sobre el que gira todo lo demás.
«La seguridad es cosa de todos.
Si falla un usuario cualquiera y su ordenador se compromete,
puede comprometer a toda la red de la empresa…
El malware funciona así, y basta que se rompa un eslabón de la cadena
para que toda ella se pueda ver comprometida.»
Pero llegó la pandemia y se vio que la falta de inversión en seguridad tiraba sistemas abajo durante mucho tiempo, rompía servicios, robaba tus datos o los destruía. Incluso negaba la atención médica en un momento en la que era clave. Se causaron tremendas pérdidas económicas y hubo negocios que incluso cerraron. Entonces la inversión sí tuvo retornos palpables para los que en su día invirtieron y creyeron, y ahora, aunque sea a las duras, los que no lo hicieron en su momento están tratando de “ponerse las pilas” ante este nuevo escenario. Por eso hacen falta tantos profesionales en estos momentos y, como yo creo que la cosa no tiene pinta de ir a mejor a corto plazo, durante mucho tiempo.
La Universidad de Oviedo ha sido un poco pionera al haber iniciado la formación de su personal docente e investigador para prevenir los ciberataques y el fraude en la red. ¿Cómo ha ido la experiencia?
¡Genial! Contaba con el hándicap de no tener un perfil de alumno concreto, porque podía ser cualquier profesor o investigador de cualquier rama de conocimientos, sea técnica o no. Y claro, uno puede ser un experto geólogo y usar el ordenador para navegar y escribir documentos, porque es lo que tiene que hacer. Pero en el mismo curso puedo tener un profesor de mi departamento que espera otras técnicas para proteger sus activos, porque las básicas (y no tan básicas) ya las sabe.
Por suerte, leo mucho sobre cómo dar clases (puedes decir que es otra de mis líneas de investigación si me apuras) y puse en práctica un tipo de curso al que llamé multi-nivel. Organicé los contenidos en bloques y dentro de ellos en bloques más pequeños. Cada contenido estaba etiquetado con uno de tres niveles (estudiante estándar, estudiante con conocimientos técnicos, estudiante con estudios de informática) y así cada persona sabría qué leer del curso que se adaptara a su perfil. O leer cosas del nivel siguiente por si las entendía y así aprendía aún más, o pedirle a alguien de perfil más técnico que haga algo de lo que propongo que le haga falta.
La experiencia fue muy buena, recientemente me llegaron las evaluaciones de los estudiantes y quedaron muy contentos. Si me apuras, el principal problema de diseñar un curso así es estructurar los contenidos correctamente, y luego concienciar a la gente de que el nivel es algo que se tienen que asignar ellos mismos, que son los que mejor se conocen, y que si uno se equivoca y lo tiene que bajar (¡o subir!) no pasa nada. Pero ninguno de estos problemas fue grave, ¡habrá una segunda edición!
¿Crees que toda la Administración debería hacer algo parecido?
Sin duda. Mira, yo en el curso que comentaba antes empecé diciendo que la seguridad es cosa de todos, desde el más al menos técnico. Si falla un usuario cualquiera y su ordenador se compromete, puede comprometer a toda la red de la empresa si no hay medidas de seguridad adicionales o estas fallan. El malware funciona así, y basta que se rompa un eslabón de la cadena para que toda ella se pueda ver comprometida.
Es cierto, como dije en la pregunta anterior, que no todo el mundo puede pretender tener conocimiento experto en seguridad porque no es lo suyo, pero sí unos mínimos de autoprotección, buenas prácticas, cuidados contra timos y fraudes y, en general, herramientas para protegerse de estas nuevas amenazas que surgen en el ciberespacio. Se debe y se tiene que conseguir, porque es posible y beneficioso para todos, tanto administración como ciudadanos en general. Yo mismo preparo e imparto cursos en esa vía, para todos los perfiles, como dije antes, y estaría encantado de impartirlos a quien los necesite. Pero como yo hay más gente, y en la administración el tema es algo mucho más sensible porque un ataque perjudica a un gran nº de ciudadanos. Para ejemplo tenemos casos como el del SEPE o el de múltiples ayuntamientos.
Hasta aquí la entrevista mantenida con José Manuel Redondo. Esperamos que os haya aportado una visión muy clara de lo que está pasando en el mundo de la enseñanza y con la juventud. Su optimismo tiene una sólida base. No en vano lleva muchos años conviviendo con estudiantes universitarios entusiastas de las nuevas tecnologías.
Si queréis leer la primera parte de la entrevista, sólo tenéis que clicar AQUÍ.