Imaginad que un día despertáis y al entrar en la rutina diaria ponéis una cinta de casete en un walkman para ir a hacer footing (que no running). Al llegar a casa escogéis un vinilo de los Stones para activaros. Y por la noche elegís una cinta de VHS para ver una película en vuestro magnetoscopio.
Este viaje al pasado puede incorporar ahora una cosa del presente más absoluto: cintas magnéticas para almacenar datos en lugar de subirlos a la nube. ¿Qué os parece?

No estamos hablando de ciencia ficción. Resulta que las cintas magnéticas que no hace tantos años convivían con nosotros con total armonía, vuelven. El principal motivo de la desaparición del mercado de estas cintas fue su degradación, ya que poco a poco el metal perdía su magnetismo.

Por otro lado ahora se fabrican con una tecnología conocida con el pomposo nombre de Linear Tape-Open o LTO, que desarrollan varios fabricantes, como IBM, HPE o Quantum. Se trata de una evolución de las cintas magnéticas de antaño, gracias a la evolución de disciplinas como la física, óptica, magnetismo o química.

Mejor una cinta magnética que almacenar en la nube: ¡ellas no están conectadas a Internet!

Y ahora viene lo nuevo que explica el aumento vertiginoso de las cintas magnéticas para almacenar datos: ¡¡no están conectada a Internet!! Por mucho que subamos nuestros archivos a la nube, sabemos (o deberíamos saber), que también presenta riesgos. Sin ir más lejos, el ransomware también vive bien en la nube.

Tanto es así que el almacenamiento de datos en cinta magnética creció un 35% en 2021. Son datos que recoge la revista sueca SweClockers, especializada en computadoras y hardware de computadoras.

Las ventajas de almacenar en cintas, además de no estar conectadas a Internet, son su bajo precio en relación a su enorme capacidad de almacenar datos. También se muestran ideales para archivos digitales, que a menudo dependen de sistemas automatizados. Otra ventaja es que en la actualidad ya no se corre el riesgo de perder datos con el tiempo, cosa que sí ocurre con discos duros y tarjetas SD, dos componentes que suelen usar las empresas al migrar sus datos a la nube. Y hay más, como la eficiencia energética, su escalabilidad, etc.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
Cartel de la Conferencia anual de la IASA 2022.

Pero no todo el monte es orégano y las cintas también tienen algunos problemas. Sólo pueden leer datos y escribirlos de forma secuencial, dos pasos que no se pueden hacer de forma simultánea. Por ello, su proceso de lectura es lento.
Otro posible problema es que se ven afectadas por incendios o inundaciones, aunque las empresas suelen fiarlas a compañías especializadas en su mantenimiento.

Para los nostálgicos y para los jóvenes que deseen saber mucho más sobre las cintas magnéticas, os invitamos a visitar la web de la Asociación Internacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales (IASA). Esta institución, creada en 1969 y con sede en Ámsterdam, tiene miembros de 70 países y se dedica a conservar registros sonoros y audiovisuales.

La Conferencia anual de la IASA 2022 versará sobre “Los Archivos del futuro: Abiertos, sustentables y equitativos”.
Se celebrará en la Fonoteca Nacional de México y el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del 26 al 29 de septiembre. 

Aceptar cookies sin saber como funcionan: eso debería ser el pasado

Las cookies son resúmenes de información de nuestras visitas a páginas web. Dichos códigos pueden almacenar diferentes tipos de información según nosotros le demos permiso o no.

¿Os podéis creer que todavía hoy aceptamos galletas sin saber como funcionan?
O sea que cada vez que entramos en una web y empezamos a clicar ACEPTAR, ACEPTAR, ACEPTAR… estamos regalando información. Puede que no tengamos otra alternativa. Y puede que no nos importe.
Pero lo que debería ser imperdonable es que hoy en día el 57% de los usuarios españoles admita que no tiene ni idea de para que sirven las galletas. Y hasta un 60% acepta las cookies sin saber que tipo de permisos estamos dando al navegador de turno, o a la empresa con la que interaccionamos.

Estas cifras son las que aparecen en un estudio que ha realizado Avast, la popular compañía que posee un software de seguridad y antivirus del mismo nombre. Avast ha aprovechado este informe para hacer una divertida campaña de concienciación.
Bajo el hashtag #AcceptAllCookies?, una chef pastelera prepara una deliciosa receta de galletas de almendras, limón y canela. Y claro, el paralelismo con las galletas dfigitales es evidente, incluso al explicar la receta y sus ingredientes de seguridad. La podéis ver en este enlace.

Para terminar con las cookies, os recomendamos volver a leer este artículo que publicamos en este blog en 2020, sobre el uso de las galletas según los nuevos criterios de la AEPD de entonces y que sigue vigente.

Imagen principal: Nikita Korchagin en Pexels.

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